Luces de freno no encienden

Luz de freno

Las luces de freno o stop son una parte esencial de la seguridad vial, ya que indican a los demás conductores que estamos reduciendo la velocidad o deteniendo el vehículo. Sin embargo, a veces pueden fallar y no encenderse cuando pisamos el pedal del freno.

Esto puede causar accidentes o multas, por lo que es importante revisar periódicamente el funcionamiento de las luces de freno y solucionar cualquier problema que impida su correcta iluminación.

En este artículo te explicamos algunas de las posibles causas por las que las luces de freno o stop no encienden en el vehículo y cómo puedes comprobarlas y repararlas tú mismo, siempre que sea posible y con las debidas precauciones.

Índice
  1. Causas por las que las luces de freno no encienden
    1. Bombillas o leds fundidos:
    2. Interruptor defectuoso:
    3. Fusible quemado:
    4. Cableado dañado:
    5. Mala conexión a tierra:

Causas por las que las luces de freno no encienden

Las luces de freno o stop se activan mediante un interruptor que se acciona al presionar el pedal del freno.

Este interruptor está conectado a un circuito eléctrico que alimenta las bombillas o los leds de las luces traseras. Si alguno de estos elementos falla, las luces de freno no se encenderán. Veamos algunas de las causas más comunes:

Bombillas o leds fundidos:

es la causa más sencilla y frecuente. Si una o varias bombillas o leds de las luces traseras se han quemado por el uso o por un pico de tensión, no se iluminarán al frenar. Para comprobarlo, basta con quitar el portalámparas y observar el estado de la bombilla o el led. Si está fundido, se puede reemplazar por uno nuevo del mismo tipo y potencia.

Bombilla quemada

Interruptor defectuoso:

el interruptor que activa las luces de freno puede estar averiado o desajustado, lo que impide que se cierre el circuito eléctrico al pisar el pedal del freno. Para comprobarlo, hay que localizar el interruptor, que suele estar cerca del pedal del freno o en el cilindro maestro del sistema hidráulico. Se puede probar su funcionamiento con un multímetro o con una lámpara de prueba, conectando los cables a los terminales del interruptor y observando si hay continuidad al presionar el pedal. Si no hay continuidad, el interruptor está defectuoso y hay que sustituirlo por uno nuevo.

Valvula de freno

Fusible quemado:

el fusible es un dispositivo de seguridad que protege el circuito eléctrico de las luces de freno de posibles sobrecargas o cortocircuitos. Si el fusible se ha quemado, el circuito se interrumpe y las luces de freno no se encienden. Para comprobarlo, hay que localizar el fusible correspondiente en la caja de fusibles del vehículo, que suele estar debajo del volante o en el compartimento del motor. Se puede identificar el fusible por su número o por su símbolo en el esquema de la tapa de la caja. Se puede extraer el fusible con unas pinzas y observar si está quemado o roto. Si es así, se puede reemplazar por uno nuevo del mismo amperaje.

fusible de luces de freno

Cableado dañado:

otra posible causa es que algún cable del circuito eléctrico de las luces de freno esté cortado, desconectado o en mal estado, lo que impide que llegue corriente a las bombillas o los leds. Para comprobarlo, hay que seguir el recorrido del cableado desde el interruptor hasta las luces traseras, revisando si hay algún cable suelto, roto o corroído. Si se detecta algún daño, se puede reparar con cinta aislante o con un empalme, siempre respetando los colores y las conexiones originales.

Mala conexión a tierra:

la conexión a tierra es el punto donde se cierra el circuito eléctrico y se produce el retorno de la corriente al negativo de la batería. Si la conexión a tierra está sucia, oxidada o floja, puede provocar una mala iluminación de las luces de freno o su intermitencia. Para comprobarlo, hay que localizar el punto de conexión a tierra, que suele estar en el chasis o en la carrocería del vehículo, cerca de las luces traseras. Se puede limpiar la zona con un cepillo metálico o con una lija fina, y apretar los tornillos o las tuercas que sujetan el cable a tierra. También se puede probar la continuidad del cable a tierra con un multímetro o con una lámpara de prueba, conectando los cables a los extremos del cable y observando si hay continuidad

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